Sonreír para la salud emocional: La ciencia de la sonrisa
Tal vez te cueste creer que una gran sonrisa puede ayudar a mejorar tu calidad de vida y que cualquiera puede aprender a sonreír mejor. Sin embargo, la investigación confirma lo poderoso que puede ser practicar el sonreír.
El simple acto de sonreír puede transformarte a ti y al mundo que te rodea. Las investigaciones muestran que si sonríes, tu estado de ánimo mejora. ¡Sonreír cambia absolutamente tu forma de pensar y también como te sientes!
Pero sonreír tiene aún más beneficios.
La ciencia ha demostrado que el simple acto de sonreír puede mejorar tu estado de ánimo, reducir el estrés, estimular tu sistema inmunológico y posiblemente incluso prolongar tu vida.
Según Andrew Newberg, M.D., neurocientífico estadounidense, profesor en el Departamento de Medicina Integrativa y Ciencias Nutricionales y Director de Investigación en el Instituto Marcus de Salud Integrativa del Hospital Universitario Thomas Jefferson, el sonreír estimula los mecanismos de recompensa de nuestro cerebro de una manera que ni siquiera el chocolate, un inductor de placer bien considerado, puede igualar.
Sonreír parece darnos la misma felicidad que el ejercicio induce en términos de cómo responde nuestro cerebro.
En general, pensamos que es la felicidad que nos hace sonreír pero lo reverso también es cierto. Es decir, cuando sonreímos, la sonrisa estimula una reacción química en el cerebro, liberando ciertas hormonas como la dopamina y la serotonina. Estas son las hormonas relacionadas a la felicidad y la reducción de estrés respectivamente. Bajos niveles de serotonina están asociados con la depresión, ansiedad y problemas para dormir. Bajos niveles de dopamina también están asociados con la depresión. Sonreír libera y eleva el nivel de estas hormonas aumentando el bienestar y la salud física y emocional.
¿Qué le pasa a nuestro cerebro cuando sonreímos?
Supongamos que experimentas una situación positiva y ves a una amiga que no vez desde hace mucho tiempo. La experiencia agradable envía señales neuronales que viajan desde la corteza cerebral hasta el tallo cerebral (la parte más antigua de nuestro cerebro). Desde allí, el músculo craneal lleva la señal hacia los músculos de sonrisa de la cara.
Con la sonrisa el cerebro libera pequeñas moléculas llamadas neuropéptidos y otros neurotransmisores cómo la dopamina, la serotonina y las endorfinas, que apropósito actúan como un analgésico leve.
Una vez que los músculos sonrientes de nuestra cara se contraen, hay un ciclo de retroalimentación positiva que ahora regresa al cerebro y refuerza nuestra sensación de alegría.
En resumen: nuestro cerebro se siente bien y nos dice que sonríamos, sonreímos y le decimos a nuestro cerebro que se siente bien, etc.
Sonreír puede engañar a tu cerebro haciéndole creer que eres feliz, lo que a su vez puede generar sentimientos reales de felicidad.
Investigaciones en la ciencia de la psiconeuroinmunología (el estudio de cómo el cerebro está conectado con el sistema inmunológico) encontraron una y otra vez que la depresión debilita tu sistema inmunológico, mientras que la felicidad, por otro lado, se ha demostrado que aumenta la resistencia de nuestro cuerpo.
Varios estudios también han demostrado que el sonreír, aunque sea fingido, reduce el estrés, baja la presión arterial y disminuye la frecuencia cardíaca, particularmente en situaciones tensas.
Cuando sonríes, el cerebro registra esa actividad muscular de la cara y asume que existe una situación placentera de humor. No importa si estás sonriendo porque estás realmente feliz o simplemente fingiendo.
Como ponerlo en práctica
Para aprender a sonreír más, primero debes practicar. Deberás desarrollar una forma de recordarte a ti misma que debes sonreír durante el día e incluso forzar una sonrisa en tu rostro periódicamente. (Atención: busca al final de este post una sugerencia para una actividad divertida que te hará sonreír)
Puedes seguir los siguientes tips:
Crea un recordatorio que sea tu señal para sonreír. Esto puede ser cualquier cosa que escuches, veas o hagas con frecuencia durante el día. Por ejemplo, puedes elegir un sonido como ser cada vez que suena el teléfono o el tono de notificación de un mensaje de texto como el recordatorio de sonreír. También puedes elegir una acción como recordatorio, como ser cada vez que te lavas las manos o cada vez que entras a la cocina o al cuarto. Si eliges algo visual, puedes elegir algo en tu ambiente, como ser cuando ves alguien pasar o ves a alguien beber.
Sonríe cada vez que lo pienses, no solo cuando encuentres tu señal para sonreír.
Sonríe ni bien te despiertas cada mañana y/o antes de acostarte.
Coloca notas o pegatinas en tu escritorio, espejo, refrigerador, computadora/ordenador u otras partes o espacios de tu casa que te recuerden a sonreír.
Apúntalo en tu agenda.
Cuando sonríes, respira profundo. Esto ayudará a disminuir el estrés, aumentará tu relajación y elevará tu estado de ánimo.
Cuando sonríes, piensa en algo que disfrutas o que te gusta como ser un paseo, un ser querido, una actividad o hasta algo material como la idea de adquirir algún obsequio.
Sonreír más es una forma sencilla de mejorar enormemente la calidad de vida. Todo lo que tienes que hacer es sonreír y serás una persona más feliz. De Verdad. Es así de simple.
¡Comprométete contigo misma! ¡Lo Vales!
ACTIVIDAD : “Ramo de sonrisas” – Actividad terapéutica
Si te animas, aquí comparto una actividad divertida y muy reconfortante que emplea principios de arte terapia para ayudarte a reforzar y poner en practica lo que aprendiste. También te podrá servir como señal de recordatorio a sonreír.
Descarga el PDF gratuito aquí:
Referencias
Kraft TL, Pressman SD. Grin and bear it: the influence of manipulated facial expression on the stress response. Psychol Sci. 2012;23(11):1372-8. doi: 10.1177/0956797612445312. Epub 2012 Sep 24. PMID: 23012270.
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